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Carta de Renuncia y Deserción

A quien pueda interesar:

Este documento tiene los objetivos siguientes:

Me he visto obligado a tomar esta dolorosa acción porque, aunque ya hace algún tiempo disiento de lo que el PCC hace, cómo lo hace y hasta para qué lo hace, es ahora que, como tenía que suceder en algún momento, esto ha trascendido a mis jefes. La práctica en Cuba obliga al disidente a optar por la doble moral, la marginación social o el abandono del país. Desde todo aquel proceso del "Llamamiento", me convencí de la imposibilidad del diálogo y pude constatar que ideas y dudas, a veces menos radicales que las que tenía, eran clasificadas como contrarrevolucionarias.

Desde la "Ofensiva Revolucionaria" de 1968, en que me surgieron las primeras dudas, luché contra todos lo pensamientos que me alejaran de la Revolución, ya que ese alejamiento implicaba el haberme sacrificado por una causa equivocada y me obligaría a romper con todos aquellos a los que, en esos abatares, me uní por lazos de afecto. Me fue muy doloroso cuando el sentimiento tuvo que claudicar ante la evidencia y la razón. Hoy ya he dejado de creer, no sólo ya en los métodos del centralismo que han sido la causa directa de la ineficacia económica y fue lo primero que rechacé, sino hasta en la buena fé y/o la razón de la alta dirigencia y la justeza misma del igualitarismo socialista.

Sentía que no era posible seguir ostentando un cargo que, en el contexto cubano, implica un compromiso político. En raptos de irritación ante distintos hechos redacté tres cartas de renuncia que, sabia y oportunamente, amigos me aconsejaron no presentar por las represalias que me traería. Además de los consejos, conocí de primera mano varios casos de personas a las que se les aplicaba alguna resolución, de esas a las que se acude ante problemas ideológicos. La perspectiva de un disidente cuya condición se hace pública, es la marginalización en escalada. Esto eventualmente terminaría destruyéndome totalmente y no creo merecer ese final. Esta sí es definitivamente una carta de renuncia, sólo que me veo obligado a renunciar a todo. Es a partir de este momento que dejo de ser Director de EICISOFT, pero hasta este mismo momento actué como tal con todas mis energías.

Ultimamente comencé a sentir que corría además el riesgo de que, aun sin presentar ninguna carta de renuncia, mis opiniones políticas (más divulgadas de lo prudente en forma no sólo oral sino escrita) trascendieran o que, acorralado ante una situación, me viera obligado a definirme de manera pública.

Estando ya en México, la última misión de EICISOFT trajo la noticia de que se corrían fuertes rumores de mi próxima destitución. Las persectivas de negocios no pueden ser mejores, el ambiente de armonía nunca ha sido mejor y desde el punto de vista administrativo está también en su mejor momento. No me cabe la menor duda que el motivo es político y estoy ante lo que me temía, no puedo regresar a ser castigado por lo que no siento que merezca castigo.

Está claro que no me anima a dar este paso ninguna aspiración de mejora material, ni siquiera moral o espiritual. Me es muy lacerante tener que renunciar a mi familia a la quiero entrañablemente; a mis amigos; al prestigio que me había ganado y del que disfrutaba; a EICISOFT, que ha sido mi principal fuente de realización; a mis hábitos y costumbres y las demás penas del desarraigo. Por otra parte, aunque aun me siento fuerte y con espíritu para trabajar y abrirme paso, reconozco el riesgo de enfrentar un "comienzo" a los 47 años. No obstante, no puedo evitar pensar como pienso y todo lo que amo lo iba a perder de todas maneras con un riesgo mucho más cierto y con el agravante de pasar a representar un problema para todos los que mequieren.

Es evidente para cualquiera que tengo que haber recibido ayuda de alguien, pero es importante aclarar que no son los Rossbach, tengo otros muchos amigos en otras muchas partes para que acuda a quién le sería muy comprometido el ayudarme. Tomar cualquier acción contra el mencionado negocio con ellos sería equivalente a la clásica solución de "botar el sofá".

Por último quiero declarar que sigo queriendo a todos aquellos que quería a pesar de las diferencias de opinión política que podamos tener y de que sé que no les está permitido corresponder a este sentimiento.

Adiós

Notas Aclaratorias

Cuando redacté esta carta, ni siquiera tenía claro el término "asilo político". Como en Cuba se utilizaba el "se asiló" como sinónimo de "se quedó", no tenía idea aún de que "asilo" era algo que se solicitaba y que podía o no, ser otorgado, siendo esta última opción la más frecuente. Pero no era sólo eso, en el momento de esta carta, aún reconociéndome contrario al régimen, demoraría aun en desembarazarme de todas sus mentiras. Creia que la CIA estaba atrás de cualquier cubano que salía al extranjero para reclutarlo, o para llevárselo a EU y forzarlo allí a que hiciera declaraciones contrarias a la Revolución por Radio Martí. No era sólo por evitarle represalias a Mabel que decía que no me iría a EU ni me uniría a los grupos de Miami, sinceramente me proponía evitar cualquier contacto con oficiales americanos o cubanos exilados, pues aún creía que toda esa gente eran de la CIA y querrían utilizarme. Cuando redacté esta carta, lo único que tenía claro era que para Cuba no volvía, pero hasta ahí llegaban los planes.

Lo único que en esta carta que fue una mentira intencional, es la que pretendió evitar que se implicara a los Rossbach en mi fuga. No quería que por ayudarme se perjudicaran en su negocio. Mis esfuerzos serían vanos, pues su complicidad en mi fuga trascendió. El Ingeniero, mostrando una integridad de la que nunca había sido testigo, relegó el negocio a un segundo plano y optó por la amistad.