La Electricidad y el Agua
Por Armando Rodriguez
Una de
las muertes favoritas que los directores de cine de Hollywood suelen dar a sus
personajes es la de electrocución en la bañadera.
El asesino deja caer un radiecito en el
agua y la victima muere en medio de gritos estentóreos y grandes candeladas.
La realidad es bien distinta, es muy
probable que la víctima no fallezca y definitivamente no habrá candelada alguna.
Hay casos en que el agua si puede aumentar los riesgos de electrocución,
pero no siempre.
Esta se
produce cuando el cuerpo humano de alguna forma logra cerrar el circuito de una
fuente eléctrica capaz de entregar corriente con suficiente intensidad para
matar. La oración anterior contiene dos
elementos de información que trataremos por separado: uno es el de “cerrar el
circuito” y el otro es que lo que mata, es la “Intensidad de la corriente”.
¿Por
qué los pajaritos pueden posarse en las líneas de alto voltaje que van de poste
a poste y no les pasa nada? Pues
porque no están cerrando ningún circuito, para esto sería necesario hacer
contacto con dos de los cables, pero estos están demasiado separados y los
pajaritos sólo pueden posarse en uno de ellos. Así,
a veces podemos ver
en películas como el ingenioso “bueno” elimina al “malo” que está en una
escalera metálica. El “bueno” arranca un
cable de algún lado (cosa nada fácil tampoco…), lo pega a la escalera y… el
“malo” se electrocuta en medio de una impresionante pirotecnia.
Uno se pregunta ¿y el director de
ese film no encontró un asesor que le dijera que eso no podía ser porque el
“malo” no estaría cerrando ningún circuito? Posiblemente
alguien se los dijo, pero a veces la realidad no da suficiente “imagen” y el
confía en que la mayoría del público no repare en esos detalles técnicos y se
limite a disfrutar eso de ver al “bueno” freír al “malo” de un corrientazo.
Un
bombillo flojo no enciende y no lo hará aunque ya esté tocando el metal del
socket. Sólo aparecerá la luz cuando lo
enrosque bien y el contacto en el extremo del
bombillo toque el fondo del socket para cerrar el circuito. Esto de la corriente
es como el tango… hacen falta dos.
Esta,
como cualquier pregunta mal formulada, no se puede responder.
Lo que mata es la corriente, no el voltaje.
Es como decir “lo mató una pistola”,
cuando lo que lo mató fue la bala.
El voltaje es a la pistola como la corriente es a la bala.
Aquí viene el problema de entender la
diferencia entre todos estos términos que se usan en relación a la electricidad…
eso de los volts, los amperes, los ohms y
los watts. Ese no entender
trasciende a la forma en que se habla.
A continuación algunos disparates comunes:
El uso
incorrecto de los verbos revela que quien habla no entiende los términos que
usa, pero al mismo tiempo, el usar los verbos correctos ayuda al entendimiento.
Aquí algunas reglas gramaticales:
Para la
corriente eléctrica se pueden usar los mismos verbos que para las corrientes de
agua o de aire y es porque se trata también de un flujo, en este caso del flujo
de portadores eléctricos. En una
corriente de agua son las moléculas de agua las que se mueven; en un conductor,
los electrones más externos de los átomos están prácticamente sueltos y libres
de moverse y la corriente eléctrica es el movimiento de éstos.
Como mismo el flujo de agua se mide en cantidad de agua por unidad de
tiempo, por ejemplo en litros por segundo, la corriente se mide en cantidad de
portadores eléctricos por segundo. Cuando
se dice que en un circuito circula un
Ampere, se está diciendo que por
cualquiera de sus elementos están
pasando
6.2×1018
electrones por
segundo. Si,
6.2×1018
son muchos electrones, 620000..000 (18 ceros en total).
Si expresáramos el flujo de agua en moléculas por segundo en vez de
litros, serían 3.35x1025 moléculas de agua por cada litro que pase,
así de pequeño es el mundo atómico.
Para el
voltaje se pueden usar los mismos términos que para la presión.
Por ejemplo, esa manguera
tiene alta presión; ese
cable
tiene alto voltaje.
A veces,
en vez de voltaje todavía se utiliza el término
tensión, pero es menos
frecuente. Si no hay presión el agua no
fluye y si no hay voltaje la corriente eléctrica tampoco.
Volviendo al tema de la electrocución, hagamos entonces la pregunta correcta…
¿Cuánta corriente puede matar? Y ni aun
así la respuesta es sencilla. Aparte de
que, como con la bala, va a depender de la parte del cuerpo por la que pase, aun
pasando por la parte más sensible (el tórax) la cosa es complicada.
Resulta que ya con 0.1 Ampere se tiene
garantizado el pasaje para el otro mundo, el corazón entra en fibrilación, lo
que es equivalente a un infarto masivo. Sin
embargo, más de 0.2 Amperes paran
el corazón completamente y entonces es posible devolver la victima a la vida
usando técnicas de resucitación. Claro, que cuando ya se trata de Amperes, así
con mayúsculas, ya la supervivencia depende de la gravedad de las quemaduras.
Cuando
se explica esto suele surgir la siguiente pregunta, la que generalmente viene de
alguien que conoce el dato por estar familiarizado con la mecánica automotriz…
¿si la batería de un carro da 200 Amperes en el arranque, por qué no me pasa
nada cuando toco los bornes? - pues porque usted no es un motor de arranque.
La respuesta parece tonta, sin embargo,
como veremos más adelante, es correcta.
Otra
buena es… y si es la corriente la que mata, ¿Por qué eso de “Cuidado! Alto
Voltaje”? Volvamos a la analogía de la
pistola y la bala. Cuando la
policía persigue a un sospechoso armado, de la jefatura alertan “Cuidado, tiene
una pistola!” y no que tiene una bala. Ni la bala se mueve sin una pistola que
la dispare ni la corriente se mueve sin voltaje,
y a más voltaje mayor posibilidad de corriente.
Es por eso que la existencia de voltaje representa peligro.
La existencia de voltaje no implica necesariamente corriente por algún
lugar, sólo la posibilidad de que
la haya. De ahí que cuando se entra
seriamente en eso de la teoría de la electricidad, el término que se usa para
referirse a esa magnitud física que se mide en volts es la de “potencial” o
mejor aun “diferencia de potencial”. O
sea, que es algo con el potencial de producir corriente.
Dado un
voltaje, la corriente que se puede producir va a depender de la
resistencia del circuito. De la
misma forma que el flujo de agua depende del grueso de la manguera, la corriente
va a depender del grueso de los conductores.
Claro que en el caso de la electricidad no sólo va a influir el grueso
sino el material. Tanta es la influencia
del material, que es determinante. La
capacidad de los distintos materiales para conducir la corriente eléctrica
difiere abismalmente. Entre los buenos
conductores y los malos median tantos órdenes de magnitud que cualquiera que
diga aquí podría ser cuestionado por pequeño. Hay
buenos conductores como el oro, la plata, el aluminio y el cobre; y malísimos
como el vidrio, los plásticos, la goma, el aire, el vacio y los que no son ni A
ni B, como el grafito, los electrolitos, gases ionizados a baja presión, en fin…
el mar. Todos los elementos de un
circuito tienen su
resistencia y ésta se expresa en
Ohms. Un circuito que deja
circular un
Ampere cuando se le aplica un Volt,
tiene una resistencia de un
Ohm.
La
pregunta que parece caerse de la mata es “Cuál es la
resistencia del cuerpo humano”. De
nuevo, aunque está bien formulada, la pregunta no tiene una respuesta sencilla.
Resulta obvio que va a depender de entre
cuales dos puntos del cuerpo se aplica el voltaje, pero también de la calidad
del contacto y de su área efectiva, así como de otros muchos factores entre los
que está hasta el porciento de alcohol en la sangre.
Puede alcanzar el millón de Ohms, pero pudiera llegar a ser tan baja como
en los cientos. Claro, nunca tan baja
como la de un motor de arranque, que está por debajo de la décima de Ohm.
En lo
letal de un shock eléctrico interviene otro factor importante y es el tiempo que
dura el corrientazo. La brevedad puede
hacer tolerable intensidades de corriente que causarían la muerte si estas
fueran mantenidas por tiempos mayores. Por
ejemplo, la bobina de un carro es capaz de producir unos 20000 volts por espacio
de unos pocos milisegundos; es
frecuente, para aquellos que se aventuran a trastear debajo del capó, el recibir
fuertes sacudidas cortesía de la mencionada bobina, no obstante, ese enorme
voltaje no suele matar a los mencionados aventureros gracias en buena medida a
su brevedad. Es el mismo principio que
el “TASER” o el “Stun Gun” para la defensa personal, mucho voltaje pero por muy
breve tiempo.
Otro
factor es la potencia de las fuentes de energía eléctrica.
Un TASER no puede dar más potencia que
la batería que lo alimenta. Aun
cuando sus pulsos no estuvieran regulados por un circuito electrónico
no podría mantener la corriente que corresponde a semejante voltaje; una
batería de lapicero no da para eso y al contacto con la piel o la ropa de la
persona, ese voltaje cae muy rápidamente. Algo
muy distinto es cuando el shock viene de la red eléctrica, ese voltaje sí que no
se va a caer, pues tiene detrás poderosos generadores termoeléctricos,
hidroeléctricos o nucleares. Los
domésticos 110 o 220 volts son mucho más peligrosos que los 20000 de la bobina
del carro. Aquí viene eso de los Watts, una plantica eléctrica doméstica de 5
Kilo Watts, de esas que uno tiene para casos de huracán, lo puede matar;
pero un dispositivo con baterías AAA o
de lapicero, que no puede dar más de un par Watts, por más que se multiplique el
voltaje usando la electrónica más eficiente… no podrá hacerlo.
Quizás
la primera cosa interesante con que vamos a chocar es que el agua pura es un
magnífico aislante. Sólo que el agua pura, a la que llaman des ionizada, solo
existe a nivel de laboratorio; la que sale por la llave, la de la piscina, la de
los ríos, lagos, charcos y sobre todo la del mar, nada tiene de pura. En ella
hay montones de minerales disueltos. El agua de lluvia es bastante pura, pero en
cuanto toca nuestro cuerpo, enseguida disuelve el cloruro de sodio (sal de mesa)
que tenemos a flor de piel en el sudor y con eso basta para que pierda su
pureza.
En
cuanto el agua disuelve cualquier sal, no sólo la de mesa, disocia una buena
cantidad de sus moléculas en iones positivos y negativos, que la convierten en
un conductor de la electricidad. Mientras más sales tenga disuelta el agua,
mejor conductor se vuelve.
El agua
introduce varios peligros. Uno de ellos consiste en que como cualquier otro
conductor, puede terminar de cerrar un circuito que pudiera parecerle abierto a
algún incauto. Otra es, que el
agua mejora la calidad de cualquier contacto eléctrico con la piel, al aumentar
el área efectiva de este.
Hay
circuitos obvios, si usted toca al mismo tiempo los dos cables que alimentan un
bombillo, la aspiradora o cualquier otro equipo eléctrico, va a cerrar el
circuito y recibirá el consiguiente y obvio corrientazo.
No resulta tan claro el por qué, a veces, con sólo tocar uno de los
cables recibe un shock. Cuando esto
sucede es que ha sido víctima de un retorno por tierra.
A
una casa electrificada en América llegan al menos dos cables* entre los que hay
110 volt. A uno le llaman el “vivo” y al otro el “muerto”.
En el transformador que alimenta, tanto su casa como todas las de la
cuadra, el tal “muerto” se conecta a tierra.
Eso de
conectar a tierra, no tiene ningún sentido figurado… se trata de una conexión a
una cabilla de cobre enterrada. Claro que no se trata de una simple estaca de
cobre enterrada a mandarria, hay toda una técnica asociada para minimizar la
resistencia del contacto con la tierra, esa que parece seca en la superficie
pero que basta escarbar un poco para percibir que esta húmeda.
Esta cabilla está haciendo contacto con una inmensa capa conductora que
es la tierra. Por otro lado, toda casa tiene también un contacto de tierra y
todas las tuberías cabillas y demás estructuras metálicas están eléctricamente
conectadas con esa tierra.
El
código actual obliga al uso de tomacorrientes de tres contactos: el vivo, el
muerto y el de tierra y a este último, tienen que terminar conectados todos los
chasis metálicos de cuanto equipo se conecte a este tomacorriente. Esto evita
que el voltaje de estos chasis flote debido a fugas en los enrollados o
desperfectos en cualquier otra componente y pueda propinarle un shock a algún
usuario. El mencionado código establece también colores para los cables: los
vivos pueden tener el aislante negro, rojo o naranja; el muerto deberá ser
siempre blanco o gris y la tierra verde con amarillo.
Aunque
todo esto contribuye a la seguridad de los usuarios normales, por otra parte le
facilita el corrientazo al osado electricista improvisado, ya que la superficie
de cualquier equipo doméstico ofrece un magnífico retorno por tierra.
Aquí
vuelve el tema con el agua. A veces, aunque pueda parecer que no se está tocando
directamente la superficie de ningún equipo, puede estarse haciendo contacto
indirecto con alguno a través de algo húmedo. Esto no siempre es tan obvio como
el caso de este candidato al premio Darwin** que mostramos en la foto de la
izquierda.
Hoy en
día, el uso habitual de los zapatos con suela de goma o plástica hace posible
tocar el vivo sin sentir ni el más mínimo de los cosquilleos y esto pudiera
invitar a faltarle el respeto a la electricidad. Nunca debe trabajarse en
caliente, si no es imprescindible.
Existe
un tipo de tomacorriente denominado GFCI (Ground
Fault Circuit Interrupter)
que impide que alguien se electrocute con un retorno por tierra.
Este GFCI desconecta inmediatamente el vivo si la corriente que sale de
este no regresa íntegramente por el muerto, ya que esto podría significar que
ese faltante está regresando por tierra a través de alguien. En los códigos
modernos de electricidad exigen el uso de estos tomacorrientes en lugares donde
son más probables los mencionados retornos de tierra inesperados, como los
baños, lavaderos y garajes.
*Hoy
día, es ya bastante común que a una casa en América lleguen, no dos, sino tres
cables, dos vivos y el muerto. Del
muerto a cualquiera de los dos vivos hay 110 Volts y entre los dos vivos hay 220
Volts. La conexión de una casa a la red pública se conoce como “la acometida”
Esta de tres cables es la acometida trifilar.
**
El
premio Darwin fue creado por Wendy Northcutt para reconocer el mérito de
aquellos individuos que contribuyen a una evolución positiva de la especia
humana por la vía de auto-eliminarse de su pool genético al causarse la muerte
por alguna acción estúpida e innecesaria. Más información en
http://www.darwinawards.com/.
Cierto
es que, como se ha venido explicando, la presencia de agua introduce riesgos
adicionales al trabajo con la electricidad… pero se tejen leyendas que exageran
los peligros del agua. No se aspira a hacer un compendio de todas, pero
enumeraremos algunas.
Pues no
le pasa nada, cuando hay un cortocircuito, que quiere decir que se crea un
circuito “corto” de resistencia, la corriente se va por ahí y no a través de
nadie que pueda estarse bañando. De hecho, aun cuando alguien tuviera los cables
en las manos, pueda que se queme las manos con el cable si este llegara a
calentarse, pero de electrocución…nada.
La
herramientas eléctricas modernas tienen todos sus mecanismos conectados a
tierra, de manera que aun si el barreno, la hoja de la sierra etc. tocaran algún
vivo, se produciría un corto que haría saltar el fusible o breaker de ese
circuito. El
operario de esa herramienta, aun cuando estuviera tocando alguna parte
metálica, no debe sentir ni el más mínimo cosquilleo.
Aquí
pudiera hasta narrar una experiencia personal para darle aval a la afirmación
anterior. Me afanaba en instalar un horno de micro ondas y para esto barrenaba
la pared sobre la cocina, pero con tal mala suerte que adiviné el cable vivo que
bajaba del techo a la toma de de
220 volts. Hubo un fuerte “puff” y
cuando saqué la barrena, buena parte de la punta había sido evaporada, pero yo,
tal como puede preverse de la teoría de la electricidad, no sentí ni cosquilleo.
¿Hubiera sido esto distinto en presencia de agua, por ejemplo si la pared
hubiera estado húmeda? No… aquí hubo contacto directo entre metales, la
conducción por el agua no juega en esa liga de altísima conductividad.
Bueno
¿Y que de barrenar una pared húmeda o el suelo donde hay un charco? Algo que
esta húmedo, pero a potencial de tierra, lo que hace es mejorar el contacto de
tierra, de manera que hasta pudiera decirse que está contribuyendo con la
seguridad.
Este mito lo usó hasta un director de
cine para matar a una de sus víctimas en su película. Esto, como tantas cosas
Hollywoodenses, es pura película. El director de marras, que seguramente tiene
piscina en su casa de Beverly Hills, es obvio que nunca ha tenido que cambiarle
un bombillo. De haberlo hecho, sabría que suelen ser de 6 o 12 volts y con eso,
no se electrocuta nadie ni metiéndoselos en la boca.
No
obstante, es dudoso que aun siendo hasta de 220 volts, alguien en la piscina
logre sentir algún cosquilleo. El filamento de un bombillo presenta una
superficie mucho menor de un centímetro cuadrado, si la piscina fuera de agua
salada que sería el peor caso, la corriente que pudiera producirse nunca podrá
ser más de los 10 o 20 Amperes que permite el “breaker”. Siendo las paredes de
la piscina mucho menos conductoras que el agua, la mayor parte de la corriente
que sale de la pata viva del filamento sería recogida por la otra. Las
densidades de corriente disminuyen con el cubo de la relación de la distancia a
la separación de los electrodos en el bombillo, como corresponde a un campo de
un dipolo (se me fue un poco la mano en la física aquí, espero que se me
excuse). Calculemos… digamos (ya
exagerando) que la separación de los electrodos sea de 1 centímetro; a la
distancia de un metro, ya las densidades de corriente serían de sólo (1/100)3,
o un millón de veces menos… 10 micro-amperes por centímetro cuadrado en el agua
salada. Si suponemos que esa corriente atraviesa el tórax con esa densidad, cosa
que no va a ocurrir, pues el agua salada conduce más que el cuerpo humano,
estaríamos hablando de algunos mili-amperes. A dos o tres metros, sería
completamente imperceptible.
Consideremos un barco se hunde parcialmente y los generadores siguen andando, si
el mito fuera cierto, el que se tire al agua debe morir electrocutado junto con
toda la fauna marina, pero sabemos que eso no ocurre.
¿No resulta raro que a alguien no se le haya ocurrido ya la idea de tirar
al agua el cable del generador del yate y limitarse a recoger peces
electrocutados? Posiblemente, a alguien que haya visto la mencionada película
puede habérsele ocurrido, lo que
no creo es que haya
pescado mucho.
Bueno,
ya aquí puede haber de todo en la jugada, la víctima está más cerca, los
electrodos más separados (sobre todo el caso del calentador) y por tanto, estará
expuesta a mayores densidades de corriente que en el caso de la piscina. Hay
reportes policíacos de 38 muertes por electrocución en bañaderas entre el 1992 y
1999, pero se reconoce que las huellas del paso de la corriente observadas
pueden haber sido post mortem.
Los Myths Busters del Discovery Channel, hicieron un programa sobre el tema y llegaron a la conclusión que no se trataba de un mito sino de un hecho. No obstante, hay un reporte interesante de un psiquiatra al que una paciente, con tendencias suicidas, le confesó haber tratado la vía de la bañadera con el secador y estaba muy decepcionada porque ni siquiera logró sentir la corriente. Por último, alguien subió a YouTube* el video de un experimento que apoya el testimonio del psiquiatra. El experimentador mete su mano en un lavamanos lleno de agua entre los cables vivo y muerto conectados a un tomacorriente cercano. En mi modesta opinión, no creo un secador de pelo en una bañadera electrocute a nadie… pero, por el momento, no me voy a someter al experimento, ya que si la corriente no llega a matarme lo va a hacer la dueña del secador.
*(http://www.youtube.com/watch?v=Wz7A_003mJg)