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Falacias Magnéticas

Por Armando Rodríguez

 La primera descripción del fenómeno del magnetismo nos viene de Tales de Mileto,  que vivió en el siglo VI  AC.   Nos cuenta sobre una leyenda de un pastor en la zona de Magnesia,  al norte de Grecia,  que encontró unas piedras que se atraían o repelían entre ellas.  No sólo fueron los griegos sino varias las civilizaciones antiguas como la China y la Olmeca, las que descubrieron la hoy llamada Magnetita, un mineral ferroso con una estructura poli-cristalina que le permite, una vez magnetizada (posiblemente por algún rayo), mantener sus propiedades magnéticas.

El que los antiguos hayan descubierto el magnetismo no quiere decir que lo entendieran y aquellas piedras que se empujaban sin llegar a tocarse… eran simplemente mágicas.  No fue hasta 1820 que   Hans Christian Oersted demostrara su relación con la electricidad. Después de esto, en apretada secuencia, André Marie Ampere, Michael Faraday y James Clerk Maxwel terminaron por quitarle la magia al magnetismo antes de que finalizara el siglo IXX.

No obstante, el que las cúspides del pensamiento humano hayan desde entonces desentrañado esos misterios, no quita que el humano de la calle del siglo XXI le siga atribuyendo propiedades mágicas a los imanes…

 La Panacea Magnética

  Esa tendencia de la gente, de atribuirle propiedades mágicas a los imanes no ha pasado inadvertida a las mentes empresariales cortas en escrúpulos.  Llevan rato en el mercado elegantes brazaletes, cadenas, anillos, parches y toda suerte de dispositivos albergando imanes. Sus fabricantes aseguran que sus productos alivian el dolor, mejoran la circulación,  ayudan con la artrosis y combinaciones de todo eso, una verdadera industria.   ¿Quién se atreve a dudar de los mágicos poderes de estos imanes?

Con la presentación compiten las explicaciones:

·         Los imanes son objetos que producen un tipo de energía llamada campos magnéticos. Tu pulsera de Carburo de Tungsteno conduce de forma más eficiente el magnetismo a tu cuerpo.

·         Los imanes de samario-cobalto, con una fuerza individual de 1200 gauss que contienen las pulseras,  se encargan de atraer las partículas de  hierro de los glóbulos rojos,  activando el flujo del riego sanguíneo. Esto hace que las células de los tejidos reciban mayor aporte de oxígeno y nutrientes,  acelerando el  proceso de mejoramiento de estas dolencias, facilitando la recuperación y mantenimiento de la salud. (Sabona Inc.)

·         Cuando el agua se mueve o pasa por un campo magnético, el ion del hidrogeno y los minerales disueltos del agua se cargan.

 

Esto es lenguaje hispano pseudocientífico en su máximo esplendor, pero se queda corto con lo que se puede encontrar en ingles (http://www.energiamagnetica.com/articles.asp?Cat=63):

Magnetic energy is a structuring force of the universe. As such, it is a reflection of the order that causes the infinite stars and planets throughout the galaxies to revolve and spin at incredible velocities while remaining in their respective orbits.

 

Tanto disparate no es fácil de traducir, pero intentemos:

 

La energía magnética es una fuerza estructural del universo.  Como tal, es la reflexión de ese orden que causa que las infinitas estrellas y planetas a través de las galaxias revuelvan y giren a increíbles velocidades mientras se mantienen en sus respectivas órbitas.

Todas estas explicaciones combinan términos como energía, campos, fuerzas, cargas, nombres de elementos y este último hasta planetas y galaxias en una gran ensalada cuyo único objetivo es decirle al lector que los elevados conceptos detrás de sus productos están muy lejos de su comprensión.  A continuación se añaden algunos testimonios y supuestos estudios clínicos, procurando nunca mencionar el aquello del archiconocido efecto placebo, ese en que la sugestión juega el papel curativo.

 

Un poquito de física real, sin demasiada verborrea científica, dice que el campo magnetostático sólo actúa sobre cargas en movimiento.  Es verdad que en todo medio acuoso, como es la sangre, existen iones, pero sus velocidades son tan pequeñas, sobre todo cerca de la superficie de la piel, que no es de esperar que la presencia de un campo magnético estático altere demasiado su movimiento.  Las fuerzas que ese campo pudiera ejercer serían mucho menores que las de origen hidráulico a las que ya venían sometidos.  ¿Cómo entonces va un imán a influir en la circulación?

 

O sea, que cualquier efecto de un imán sobre la sangre o los tejidos, no sólo será pequeño sino local y sólo durante el tiempo que actúe.  Un campo magnético estático no produce cambios químicos que hagan que la sangre, una vez que abandone la zona cercana al imán, conserve huella alguna de su presencia.  ¿Cómo entonces un anillo en un dedo va a quitar la artrosis en parte alguna?

 

Un campo magnético estático, por fuerte que este sea, tampoco afecta las corrientes en conductores cercanos, a no ser que estos se muevan a altas velocidades como en un generador eléctrico.  Por eso es que un parche magnético,  bien pegado e inmóvil, no puede influir sobre ninguna actividad eléctrica neuronal y por tanto no puede quitar ningún dolor.  Si alguien experimenta cualquier alivio, es pura autosugestión.

 

Hay a quien le preocupa más el bolsillo que la salud y para estos también hay productos magnéticos.  Se ofertan abrazaderas cuyos fabricantes aseguran que puestas en la manguera que viene del tanque de la gasolina mejoran el kilometraje. Se ofertan también variaciones del mismo tema  para los sistemas de calefacción.  El negocio está en que el consumo de combustible depende de muchos factores. Tantos son,  que ningún usuario es capaz de mantenerlos constantes como para constatar que los imanes que compró no están jugando ningún papel.  Una vez que gastó su dinero, se sentirá menos tonto si logra percibir que está obteniendo alguna ventaja y así se lo hace saber a alguien más, con lo que se repetirá la historia.

 

Amenazas Magnéticas

 

 Como mismo están los que aseguran que el campo magnético cura, por ahí andan también los que dicen que mata. 

Una discusión que lleva años ya es la de que el campo magnético de las líneas de transmisión de energía eléctrica produce cáncer en cuanto órgano pueda aparecer esa malignidad.  Basta una búsqueda somera en internet para encontrar cientos de afirmaciones como ésta:

 

Hay evidencia sustancial que la exposición a campos magnéticos de frecuencia ultra-baja (ELF, Extra Low Frequency) que promedie más de 2 milligauss (mG) duplica el riesgo de que un niño contraiga leucemia. Hay buena evidencia de que una exposición a ELF de 16 mG aumenta por un factor de 5 el que una mujer presente aborto espontáneo en las primeras 10 semanas de preñes.

 

Analicemos el párrafo: “hay buena evidencia”…  Si la física no ayuda, siempre está la estadística y a ésta le han echado mano sobre todo los abogados que dicen litigar en nombre de las “victimas”, esas que aspiran a sacarle dinero a las compañías de electricidad por el peligro que representa el vivir cerca de sus líneas de transmisión.  Aquí cabe recordar aquello que decía Mark Twain “Hay tres tipos de mentiras: las mentiras; las mentiras malditas y la estadística”.

 

Pasemos ahora a eso de frecuencia ultra baja ¿Qué es eso?  Bueno, cuando se habla de frecuencia en relación al servicio eléctrico, se refieren a las veces por segundo que se alterna la polaridad del voltaje entre las líneas, que es 50 o 60 veces dependiendo de si se trata de Europa, América, Japón, etc.  Eso de una frecuencia baja precedida de ultra-extra-hyper-etc. suena peligroso, sin embargo, sólo un campo magnético cambiante puede inducir corrientes en los conductores.  Estas corrientes inducidas son proporcionales a la velocidad de ese cambio, de manera que serán mayores a mayor sea la frecuencia y la intensidad de ese campo.  No se puede negar que siendo el cuerpo humano un conductor, un campo magnético cambiante va a inducir alguna corriente en el mismo,  el tema es… ¿cuánto?  Una cuentecita sencilla, el campo magnético terrestre en el Ecuador, que es donde es más débil, tiene una intensidad de 500 mG…  Si, leyó bien, unas 250 veces lo que dice el párrafo en cuestión.  El simple acto de caminar o moverse dentro de ese campo induce corrientes mayores que las que pudieran inducir esos 2 mG a 50 ó 60 Hz.  Cada vez que alguien hace uso de la física o del mero sentido común para argüir en contra de toda esta tontería, termina acusado de ser parte de una gran conspiración y de estar pagado por esas “perversas” compañías de electricidad.

 

Pero las palmas se las lleva este correo que desde hace tiempo circula por el ciberespacio:

 

Investigadores de la Universidad de Princeton han descubierto algo aterrador. Durante varios meses estuvieron alimentando a dos grupos de ratones, un grupo con comida guardada en una nevera, y al otro con comida guardada en una nevera pero con varios imanes decorativos pegados en su puerta. El objeto del estudio era ver cómo afectaban las radiaciones electromagnéticas de los imanes en los alimentos. Sorprendentemente y tras rigurosos estudios clínicos, constataron que el grupo de ratones que consumieron la comida irradiada por los imanes tenía un 87% más de probabilidades de contraer cáncer que del otro grupo. Los imanes adheridos a cualquier aparato (electrodoméstico) conectado a la corriente eléctrica aumenta el consumo “gasto- eléctrico” de dicho aparato, por aumentar la fuerza electromagnética del campo eléctrico de dicho aparato.

PASAD ESTA INFORMACION A TODOS LOS QUE CONOZCAIS POR FAVOR.
Todos tenemos algún imán en la nevera, como elemento decorativo, sin que hasta ahora se sospechara que fueran perjudiciales. PERO SON LETALES. Es peligroso jugar con las fuerzas de la naturaleza y con las energías. Si tenéis algún imán, quitadlo rápidamente y ponedlo lejos de cualquier alimento. Inexplicablemente el Gobierno no ha dado ningún mensaje de aviso, pero gracias a Internet y la buena voluntad de todos, podemos ayudarnos mutuamente.

 

Esto es una traducción algo aumentada de un correo muy similar en inglés. El uso de la segunda persona del plural apunta a que esta traducción se origina en España. El uso incorrecto de verbos y preposiciones, le haría merecer al autor que alguien en Madrid le dijera- “este tío no tiene puta idea de lo que habla”.  Así que las radiaciones de los imanes, ¿No?… como si los imanes fueran radioactivos o algo así. ¿Fuerza electromagnética de un campo eléctrico? ¿Campo eléctrico de un aparato? ¡Esto es diarrea “electromagnética”! Curioso es cómo tanto disparate pueda caber en un texto tan pequeño y que se requiera tanto más para rebatirlo.

 

Pantalla Ferromagnética

 Pudiéramos empezar por preguntarnos por qué son tan peligrosos los imanes decorativos, tanto que debemos quitarlos inmediatamente y no así la junta magnética que ya todos los refrigeradores modernos tienen en las puertas.  Debió sugerir que arrancáramos también esa junta y calzáramos la puerta con una silla.

No es que la exposición a un campo magnetostático tenga efecto alguno sobre los alimentos, como discutiremos más adelante, pero es que encuentro interesante destacar que ese tal campo al que debemos temer, ni siquiera existe dentro de un refrigerador.  El asunto es, que en esto del refrigerador opera un efecto llamado apantallamiento ferromagnético que reduce a cero cualquier campo magnetostático dentro del mismo.

 

¿Ha tratado alguna vez de usar una brújula de mano dentro de un automóvil?  Habrá visto entonces que apunta en cualquier dirección y es porque el acero de la carrocería distorsiona el campo magnético terrestre en sus inmediaciones.

 

http://images.tutorvista.com/content/magnetism-matter/ferromagnetic-substances-permeability.jpegAlgunas aleaciones y compuestos de hierro, níquel o cobalto, como el acero de las carrocerías y chapa de los refrigeradores, presentan lo que se conoce como ferromagnetismo.  Las celdas cristalinas de estos materiales se alinean cuando se exponen a un campo magnético, aumentando la intensidad del mismo en su interior y casi anulándolas afuera.

 

En un recinto rodeado de material ferromagnético no habrá campo magnético en su interior aunque en el exterior existan campos intensos.  En la figura de abajo, a la izquierda, se ve como el anillo ferromagnético  apantalla  el campo magnético en el espacio que encierra, como “absorbiéndolo” hacia su interior. De manera que en el interior de un refrigerador ni siquiera obra el campo magnético terrestre.  Abajo, a la derecha, se ve como la chapa del refrigerador absorbería el campo de cualquier imán decorativo.

 

Algo sobre Radiación

 Un imán tiene un campo magnético estático,  no puede haber radiación electromagnética sin campos variables en el tiempo.  Las ondas de radio, la microonda, el infrarrojo, la luz visible, el ultravioleta, la radiación X y los rayos Gamma son todas ondas electromagnéticas que se diferencian sólo en su frecuencia.  Esto se conoce como el espectro electromagnético.  Otra forma de caracterizar la frecuencia de una radiación es por la longitud de su onda.   A más alta la frecuencia, más corta es esa longitud y resulta interesante que el tamaño de la onda sea comparable al del sistema que la radía.

 

http://www.colourtherapyhealing.com/colour/images/electromagnetic-spectrum.jpg 

No todas las radiaciones son capaces de dejar huella en la materia, sólo la llamada “ionizante” es capaz producir cambios químicos permanentes.  Fue Albert Einstein el que sugirió que la radiación sólo puede ser emitida o absorbida en forma de paquetes de energía llamados “cuantos” y esto le hizo merecer el premio Nobel de 1921.  La energía de estos cuantos es proporcional a su frecuencia.  A frecuencias bajas, la energía de estos cuantos es tan pequeña que resulta un continuo para todos los fines prácticos. Por intensa que sea una radiación de baja frecuencia, no logrará nunca ser absorbida por una molécula, ya que esta necesita un cuanto de energía mayor que los que le estarían llegando en ese flujo. Sin embargo, una de frecuencia suficientemente alta, si logrará hacerlo y esa entonces sería una radiación ionizante. Ninguna radiación electromagnética producida por electrodomésticos, celulares, microondas, televisión, etc. es ionizante. Sin embargo, una tan común como la luz, si lo es.  También son ionizantes todas las radiaciones de mayor frecuencia, las que aparecen la derecha de la luz visible en el espectro electromagnético, como es la ultravioleta, los rayos X y los rayos gamma.

 

Curioso como de los imancitos en el refrigerador fuimos a dar a la mecánica cuántica, pero sirva para explicar por qué un imán no puede interactuar con la comida, ni poniéndoselo arriba.