El Estalinismo

Por  Armando Rodriguez

Con el derrumbe del llamado Campo Socialista, las ideas de Marx perdieron mucho crédito.  Tanto, que muchos llegaron a pensar que esas ideas estaban tan muertas como la religión de los dioses del Olimpo, pero no tardaron los amantes del gran gobierno en encontrar una nueva retórica.  Usaron esa manida técnica de cambiarle el nombre a lo que ya tenía.  Defender aquellos difuntos regímenes o los remanentes como Cuba y Corea, era casi misión imposible, mejor era unirse al inmenso coro de sus críticos, pero llamándole a esos desastres Estalinismo en vez de socialismo. No fue el socialismo el que mató a millones en Rusia, Corea China y Sur Asia, no fue el socialismo el que ha destruido a Cuba... fue el Estalinismo.  Ese mal nacido de Stalin desvió las puras ideas de Marx y Lenin que ahora son rescatadas por las nuevas ideologías socialistas como el Socialismo del Siglo 21, los Indignados, los del "Occupy"... en fin.

 

El planteamiento básico es que el socialismo puede hacerse bien, sin recurrir a las horribles represiones del Estalinismo.  Un gobierno socialista, se propone, puede ser a la vez realmente democrático, totalmente abierto y darle participación al pueblo en su gestión.  Según afirman los defensores de estas ideas, sólo bajo el socialismo es que el hombre puede alcanzar la libertad plena.

 

Aun aceptando que, en efecto, un socialismo bien hecho fuera el paraíso terrenal  ¿Que es lo que va a impedir otra desviación estalinista en su construcción?  ¿Por qué debo creerle al caudillo que me prometa un socialismo democrático cuando hasta ahora, cada vez que un gobierno socialista se ha afincado en el poder, sus líderes, de una forma u otra, se las han agenciado para eternizarse en ese poder?  ¿No sería eso ya es un desvío estalinista? 

 

Mi opinión, tomando prestado un concepto del cálculo infinitesimal, es que el estalinismo es el límite de cualquier proceso socialista al pasar del tiempo.  El gobierno en el socialismo necesita mucho poder para lograr regular y controlar las fuerzas naturales del mercado.  La agenda socialista tiene que obligar a las empresas a dar beneficios interminables a sus trabajadores, regulaciones interminables para la protección del medio ambiente y para evitar que los precios se disparen, regulará los precios.  Cuando asome la bancarrota de una empresa, usará el dinero del fisco para subsidiarla o asumirá la operación de la misma, así como sus pérdidas.  Necesariamente habrá que aumentar impuestos, multas y otras recaudaciones para cubrir todo eso.  Los sectores perjudicados por esas medidas, intentarán protestar o pueda que ya ni lo intenten, sabiendo el gobierno utilizará su poder para aplastarlos. Nada que entorpezca el proceso podrá permitirse, la represión se justifica por el bien de… la abstracción que esté en boga: el proletariado; el pueblo; la clase media; etc.  A medida que el gobierno aumenta su poder, se le facilita el seguir aumentándolo y no hay fuerza que detenga este proceso hacia al totalitarismo estalinista.

 

Nunca le ha resultado difícil a los agitadores sociales exacerbar el odio de clases, de raza o etnia y por eso, aun en medio de un proceso de empobrecimiento evidente de la economía, el gobierno socialista pueda que hasta encuentre apoyo mayoritario.  ¡Abajo los ricos, los blancos o los judíos! Repartir la riqueza, prometen los socialistas, pero el bienestar resultado de las reparticiones nunca les llega  a esas mayorías. Es que el progreso que lleva a la prosperidad social, siempre ha ido en hombros de una élite minoritaria. Genio y liderazgo nunca han sido atributos masivos. Estas minorías en el socialismo son reprimidas por la mayoría, ya que la voluntad del colectivo debe prevalecer sobre la del individuo, como reza el precepto marxista.  Eso me explica por qué ha pasado en todos los experimentos socialistas que la prosperidad ha estado ausente... Ah! perdón, es que esos eran estalinistas.

 

Hay quien cree que ese vaivén entre gobiernos centro-izquierda y la centro-derecha, que puede verse en países aun democráticos, es algo socialmente "saludable", pero resulta que el poder del gobierno es como la entropía, que al final del vaivén, siempre resulta aumentada.  La constitución de los Estados Unidos de América, fue cuidosamente diseñada por gente verdaderamente brillante, para limitar el poder del gobierno y así evitar que el éste pudiera tiranizarse.  Incluyeron en ese diseño hasta esa segunda enmienda que protege el derecho a los ciudadanos a tener sus armas... pensaron que la gente armada sería más difícil de tiranizar.  Aunque ya hoy las armas personales no representan demasiada amenaza a las fuerzas del gobierno, a la izquierda le molesta como piedra en la bota. Datos del Gobierno: Gastos y Producto Bruto

 

Sin duda ese diseño de los padres fundadores logró retardar la adquisición de poder por parte del gobierno, pero no evitarla.  Basta comparar la historia del presupuesto con la del producto bruto, compilada por las agencias del propio gobierno, para poder comprobar que los gastos del gobierno aumentan mucho más rápido que el producto bruto.

 

¿Debemos entender que ese comportamiento tiende a algún tipo de equilibrio? Es que ya asoman los síntomas del socialismo previstos por George Orwell en su libro “1984”. Por ejemplo, el "doublespeak": ahí tenemos que los Terroristas Islámicos son “extremistas religiosos”, los saqueadores en los disturbios de Baltimore son "protestadores".  También está el "Thoughtcrime", que persigue a quien opine en contra del matrimonio homosexual,  el calentamiento global o cualquiera de los diversos términos con el éste se ha denominado.  El racismo explícito ya es impensable y se le teme hasta del implícito, ese que pudiera inferirse indirectamente de alguna manifestación.  Vemos como en las series policiacas de la TV, sus directores se cuidan de que los culpables de los crímenes, aunque sean generalmente los primeros sospechosos, nunca terminen siendo negros o hispanos ilegales y si hay terroristas, tampoco que deberán ser árabes.  Los personajes negativos, deberán siempre ser blancos, preferentemente: empresarios; jefes militares; veteranos con síndrome o políticos (de posición no especificada o preferentemente conservadora).  Todavía no ha aparecido el “Big Brother”, pero se van creando las condiciones.

 

Más programas sociales, más sellos de alimentos, más seguros médicos subsidiados y así mientras más gente dependa del gobierno, más votos habrá en la dirección del socialismo.  Ningún paso que se dé hacia la izquierda se recupera completamente, poco a poco nos socializamos. Eso, hasta un día en que aparezca un caudillo que culpe a lo que quede del mercado de no dejar avanzar sus geniales programas sociales y, cual Fidel Castro en el 1968, decida “arrancar al capitalismo de raíz”.  Se habrá producido el salto dialéctico de cantidad en calidad… de un socialismo tímido habremos pasado al estalinismo pleno.