Catársis (11/7/98)
Hace
unos días almorzaba un un cliente, era la primera vez que nos tratábamos fuera
del contexto del trabajo. Compartían nuestra mesa otros dos técnicos que le
hacían otros trabajos. El cliente era Peruano, y los otros dos de Colombia y
México.
Reinaba
la cordialidad cuando viene la pregunta de… Que tiempo llevas en Estados Unidos?
El casi ausente acento español al hablar inglés hace pensar que llevo
mucho tiempo aquí, cuando realmente es debido a la escuela cubano americana en
la que hice mi primaria y secundaría antes del triunfo de la Revolución. A
partir de ahí viene la larga explicación de como llegué, porque me fui etc. Esto
se repite más a menudo de lo que desearía, es estresante repetir esa historia.
Fue en
medio de este tema que el peruano hace una especie de declaración de
principios…”Yo no comulgo con el comunismo y se que el personaje (Fidel Castro)
no es un ángel pero no se le puede negar lo que ha logrado”,
al enumerar los logros, menciona la medicina gratuita, que aun
reconociendo que no hay medicinas pero explicando que es producto del bloqueo,
concluye que no cabe le cabe duda que es un logro social y que eso explica que
aun la gente lo apoye.
Ante
aquello sólo atiné a decirle que, si, que era gratis, pero que uno no obtenía
más de lo que pagaba. Me concentré
en debatir el pésimo servicio que recibía aquel que era hijo de nadie, amigo de
nadie o si un marginado por desafecto. Eso se estrelló contra el argumento del
bloqueo.
Fué un
mal enfoque, era la peor de las respuestas que podía haberle dado. Podía haberle
preguntado, “Gratis?” usted dice que es gratis algo que justifica que el estado
le pague el equivalente de un máximo de $20 al mes (sueldo de ministro) en una
moneda que solo tiene valor dentro de Cuba; pero que además usted tenga que
abstenerse de decidir lo que quiere hacer con esa miseria, pues el benévolo
estado comunista le raciona todo y ese dinero solo le sirve para pagar lo que le
toca; que Ud. no puede aspirar jamás a tener una casa, no ya una casa propia,
una casa en cualquier modalidad; que ud. no puede decidir que su hijo se eduque
bajo una religión, ni siquiera tiene derecho a que se le eduque sin el
adoctrinamiento oficial; ud no tiene derecho a escoger el maestro, el médico, el
nada, todo es lo que le toque; no tiene Ud. derecho a, no ya a oponerse, ni
siquiera el de ser apático so pena de perder el trabajo con el único empleador.
Si eso es “gratis”… estaría mejor Ud. aun pagando el 50% de sus ingresos en un
seguro médico (que es mucho más que lo que vale el más lujoso y caro de los
seguros médicos). Pero no es el porciento de los ingresos lo peor, el cubano
paga esos míseros servicios con su libertad, la libertad es un precio demasiado
elevado para pagar por medicina o educación aunque estos servicios fueran
inmejorables, sería como vivir en un zoológico.
Lo que
hace más difícil la comprensión de la situación por parte de nuestros hermanos
latinoamericanos es la existencia del bloqueo. El bloqueo, que por más que aquí
se le llame embargo, y que sea eso realmente lo que es, todo el resto del mundo
lo entiende como bloqueo. Esto hace que el problema cubano se simplifique en sus
mentes como una batalla de Cuba y EU, no de una de un tirano con su propio
pueblo. El bloqueo es la explicación salvadora del carismático comandante que
con gusto muchos aceptan para la miseria de Cuba. La mercancía que Fidel vendió
barata y que por todos los motivos equivocados muchos compraron, de que Cuba era
el burdel de los Americanos y que Batista mató a 20,000 cubanos (su ejército
nunca pasó de 3000 hombres incluyendo los clandestinos, de donde salió tanto
muerto), justificó ante esos compradores, su Revolución con todos sus excesos.
Nadie más recordó que Cuba fué el primer país después de los EU. en tener
televisión, cuando la revolución triunfo habían 4 canales y uno de ellos
trasmitía ya en color, el servicio de teléfonos era moderno para su época, a La
Habana entraba un cable internacional, en Cuba había un sistema de Clínicas
mutualistas (predecesoras del HMO) que por tres pesos al mes, se tenía medicina
“gratis”; tenía una Universidad bicentenaria donde se formaron profesionales que
eran competitivos a los más altos niveles, sino véase su éxito profesional en el
exilio. No, amigos latino americanos, Cuba no era, el burdel de EU, ahora si que
es el burdel de España, Italia y Canadá, donde de manera casi masiva las
muchachas en edades escolares se prostituyen para mantener a su familia.
Claro,
de nuevo, el bloqueo tiene la culpa de todo… La realidad ha sido que el bloqueo
no le impidió nunca el acceso a ningún producto, siempre habían alternativas
Canadiense, Japonesas y Europeas a cualquier demanda. Mientras tuvo el dinero
Soviético, se compró de todo en todos lados. Incluso, si hacía falta algo
americano, se conseguía también a un precio algo mayor.
Ya más recientemente sin el dinero soviético, para la industria
turística, se importa desde Coca Cola y cigarros americanos hasta las frutas y
la carne que debían producirse localmente pero que el socialismo no deja
producir. El bloqueo nunca le afectó su economía realmente, pero aunque si se la
hubiera afectado, ningún bloqueo lo puede hacer saltar del poder sin primero
matar a todo el pueblo. Como arma para combatir un tirano un bloqueo es
totalmente inservible.
Por el
contrario el Bloqueo le sirve a él, para hacerse de autoridad y simpatía ante la
izquierda y el mundo ingenuo que no necesita de conocer con profundidad el caso
cubano para el diario de sus necesidades. Le sirve para justificar las medidas
de guerra que ya duran 40 años, que privan al cubano de las libertades más
elementales. Fidel, no puede subsistir sin el bloqueo, sin el
antagonismo
de EU, si Estados Unidos le quitara mañana el bloqueo, inmediatamente
proclamaría su victoria frente a Estados Unidos y sería aplaudido por toda la
izquierda del mundo, acto seguido haría la ofensa justamente calibrada para que
se la volvieran a poner sin llegar a justificar una acción militar.
En mi
opinión, el bloqueo fue una medida desafortunada que lejos de coadyuvar al fín
de su régimen lo alimentó y le dio vida. Ahora dar marcha atrás, implica una
derrota, Estados Unidos se encuentra ante un callejón sin salida y está
apostando a que la muerte no le demore demasiado.
Es
tanto lo que hay que explicar a alguien, como mi estimado cliente peruano, para
que comience a comprender la tragedia de Cuba, que uno se siente impotente y
frustrado. Esta frustración continúa muchos días después de cada encuentro como
este, buscando alivio hago catarsis
escribiendo.