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Prólogo

Ayer, 14 de Abril del 2009, el presidente Obama levantó las restricciones impuestas a los viajes y las remesas por el presidente Bush, suscitando la consiguiente reacción de repudio del auto llamado exilio histórico. Aunque siempre he respetado a este grupo humano tan odiado por la izquierda de los EU y la mundial, no he compartido su estrategia de lucha contra el Castrismo.

Bush limitó los viajes de los cubanos a la isla y las remesas; por otro lado, destinó recursos para apoyar la disidencia interna, esto es inconsistente con los principios conservadores que ha profesado en otros aspectos de la vida.  Me refiero a que, le quita a la disidencia el apoyo que le llegaba por parte del sector privado para hacerlo responsabilidad del gobierno, con el consiguiente resultado negativo que los conservadores sabemos que tienen estas movidas. El resultado fue que la poca ayuda que le pudo haber llegado a la disidencia por la vía de la Oficina de Intereses sólo sirvió para que la Tiranía acusara a los disidentes, esta vez con cierta propiedad, de ser agentes a sueldo de una potencia enemiga.

Las limitaciones de viajes tenían el propósito de limitar los ingresos económicos que estos pudieran conllevar , además de contribuir al aislamiento del régimen. Lamentablemente, lo único que con esto se ha conseguido, es aislar e impedir que le lleguen recursos a los desafectos al régimen.  Estas limitaciones trabajan en favor del Castrismo, ese régimen no resiste el costo político de un aluvión de visitantes cuyos movimientos no pueda controlar. Se le multiplicarían las entrevistas a disidentes y familiares de presos, saldrían a la luz miles de testimonios gráficos que no tendrían la capacidad de impedir. El dinero que pueda entrar pasa primero por la disidencia y el que les llegue jamás podría compensar los perjuicios y esto lo saben tan bién que algo harán para evitar que Obama siga con su apertura. Cuando Clinton tumbaron los aviones de Hermanos al Rescate, no puedo prever que se le ocurrirá esta vez.

Sobre el embargo, así pensaba ya en el 1999...

Reflexiones sobre el “Bloqueo”

Por Mandy (1999).

 

Hoy la Cámara de Representantes en Washington levantó parcialmente el llamado “Bloqueo”, la reacción del exilio histórico era perfectamente previsible como lo fue en el caso de Elián. La mía difiere y no porque odie menos a la tiranía de Castro.

 

He usado deliberadamente el término bloqueo en el título porque la tesis que sustento es que no sólo él embargo ha sido inefectivo, pero que hasta un bloqueo real, como lo hubiese deseado el exilio. lo hubiera sido también. Mi  tesis se apoya en las siguientes afirmaciones.

 

·         Eliminada la opción de la invasión militar sólo queda la rebelión interna ya que un bloqueo económico no puede derrocar a ninguna tiranía.

·         No puede haber rebelión en un campo de concentración.

·         Castro necesita el bloqueo para justificar el mantener el régimen de miseria que es lo que le da el poder total.

·         La simpatía de la izquierda mundial por Fidel Castro es aún la del pequeño contra el grande, El bloqueo no deja ver como abusa y oprime a su pueblo.

 

Cuando Castro confiscó sin compensación las compañías americanas, Estados Unidos respondió con el embargo. El razonamiento no pudo se más simple, “tú no cumples con las reglas del comercio internacional, yo no hago negocios contigo”, no cabe duda que suena razonable. Cuando Castro empezó a negociar las propiedades confiscadas con socios comerciales de los Estados Unidos, éste respondió con la ley Helms-Burton que en poquísimas palabras le dice a estos socios comerciales que “si  tú compras lo que a mí me robaron, voy a tomar represalias en contra tuya”.  En resumen Estados Unidos respondía como un particular contra otro. Como si las reglas para las relaciones  entre particulares pudieran extrapolarse a las relaciones entre países.

 

El “bloqueo” no amenazó nunca su permanencia en el poder. ¿Hasta que punto habría que bloquear para que este afectara la cúpula, o para que no pudieran funcionar los organismos represivos? No, primero se muere de hambre todo el mundo en Cuba antes de que el bloqueo se sienta en la cúpula.

 

Lejos de ser una amenaza, el bloqueo le permite justificar la miseria del pueblo cubano. Esa miseria que va más allá de la ineficiencia socialista, esa miseria que se entroniza cuando se bloquea al campesino, se mata toda iniciativa productiva. Yo pienso que Castro necesita que el su pueblo esté en la miseria para que no puedan hacerle lo que el hizo. Para tomar el poder, Fidel Castro se valió de todas las libertades de la democracia que hoy critica y la guerra se hizo con dinero y recursos del pueblo cubano de antes de 1959. El pueblo del 2000 no cuenta ni con libertad ni con recursos para repetir su historia. Ya en las lomas de la Sierra Maestra malamente se produce comida para los pocos que la habitan, ni pensar que puedan mantener a un ejército rebelde como el de Castro en el 1958.

 

Esta línea de pensamiento nos lleva a la segunda de mis afirmaciones. Una vez en un programa  que se televisaba por el canal 17 de Miami oí un argumento que excitó mi corteza. Se trataba un panel formado por algunos ilustres profesores de la Universidad Internacional de la Florida que discutían temas de política internacional. Un profesor de origen Hebreo, expresaba sus dudas de que el régimen de Fidel Castro fueran tan malo como se comentaba por los cubanos en Miami ya que Cuba tenía una merecida fama de rebelde. Añadía que, nadie había tenido que combatir por su independencia en el continente Americano como tuvieron que hacerlo los cubanos. Combatieron tenazmente del 1868 hasta el final del siglo, las razones para su alzamiento entonces, aunque plenamente lo justificaban, no són ni por asomo las condiciones que se dice imperan hoy en día bajo Castro. Como es posible, si es que esto es así, que no se hayan producido alzamientos similares? Se preguntaba.

 

Uno de los profesores, que era de origen Cubano, pidió la palabra para contestarle a su ilustre colega y lo hizo diciendo más o menos esto: La historia de la tenacidad Hebrea y de su lucha contra sus múltiples enemigos deja la epopeya cubana a niveles de escaramuza, no obstante, cuando Hitler los envió a los campos de concentración donde las condiciones eran aun peores que bajo Castro, no se recuerda de ningún alzamiento en ninguno de los muchos campos de concentración que hubo. No los hubo, porque cuando al hombre se le priva de su dignidad, se impide la comunicación, se le somete a la miseria, de manera que sólo puede ocuparse de sobrevivir, no hay  posibilidad ninguna de alzamiento. El profesor llamó a eso, el síndrome del Campo de Concentración y dijo que ese era el cuadro que Cuba presentaba. Tremenda respuesta!

 

En efecto, a un cubano la supervivencia le ocupa todo su tiempo, no sabe lo que ocurre en el mundo, no puede viajar al exterior y ya ni siquiera hacerlo dentro de la isla por la ausencia práctica del transporte interurbano,  incluso dentro de la misma ciudad este debe hacerse en bicicleta o a pie y esto le pone un costo prohibitivo en tiempo a cualquier movimiento. Debido a la escases general, todo está racionado, pero esto implica además un control total por parte del gobierno, las cuotas de una familia se sitúan en una sola tienda o bodega por lo que esta familia no puede moverse sin notificarlo ya que la cuota debe ser trasladada al nuevo lugar, esto permite al gobierno controlar y autorizar todo movimiento.

 

El ciudadano de a pié no le queda mucho tiempo para pensar o cuestionarse cosas, sólo conoce lo que el régimen le deja saber, no conoce de como piensan otros en el país o el extranjero y el régimen lo bombardea con su propaganda de que los que se le oponen son una ridícula minoría y que su fuerza es aplastante. Esta propaganda toca las mismas cuerdas del nacionalismo y las unidad frente al agresor extranjero que tan buen resultado le dieron a todos los dictadores antecesores de Castro. Los pocos que dudan y tienen el valor de disentir son violentamente reprimidos y denigrados por los medios de prensa y radiodifusión del régimen.  Como decía el profesor, dentro de esa miseria no hay alzamiento posible.

 

Castro no tiene ninguna necesidad de que mejore el nivel de vida del cubano, esto, lejos ser una mejoría en la estabilidad del régimen, sería una amenaza. Un levantamiento del bloqueo, una ayuda económica combinado con un aguacero de turismo, le obligaría a permitir mejoras en el estándar y esto lograría hacer que el pueblo quiera más, pero esta vez con más recursos para disentir y oponerse. Con la liberación del dólar, lo que mejoró el estándar de vida de mucha gente en Cuba, las organizaciones disidentes, de derechos humanos y opositoras pasaron de 50 en el 1992 a 300 en el 1998 (Nuevo Herald “La Isla del Dr. Castro”) además apareció el periodismo independiente. Por otra parte si el número de turistas se multiplicara por 10, haría que el control que actualmente se ejerce sobre ellos resulte imposible y esto podría ser un elemento desestabilizador. Es cierto que Castro también tendría más dinero para la represión, como teme el exilio, pero, ¿puede realmente reprimir mucho más de lo que ya reprime hoy día? No creo que el límite a su represión sea o haya sido nunca el presupuesto.

 

Por otra parte se terminaría el cuento del David y Goliath que tanto gusta a la izquierda mundial y que tan buena prensa le ha dado al déspota en el mundo. Se acabaría eso del bastión de resistencia frente al imperialismo. Ese es el papel que Castro ha aprendido jugar y lo ha jugado muy bien, ha mantenido en jaque a todas las administraciones americanas desde Ike a Clinton. Siempre ha llevado la ofensiva, ha puesto la música y todos han tenido que bailar con ella. Para todos, el problema cubano se resumía en el diferendo con EEUU. Si Estados Unidos de manera unilateral, abandonara toda represalia y normalizara relaciones, reduciría el problema cubano a uno con la oposición interna y con el exilio. Pienso que eso sería trasladar el campo de batalla a uno nuevo para Castro, uno en que sus habilidades ya no le valen y está muy viejo para desarrollar nuevas. Cambiarle las reglas del juego sería ganarle.

 

Castro no quiere que le levanten el embargo. Tanto es así que el centro de su campaña ahora es contra la Ley del Ajuste Cubano de 1966”, y no ya contra el embargo. El quiere poder decirle a su pueblo como rezaba el cartel a la entrada del infierno de Dante “Perded toda esperanza!”. Es mi opinión que si Castro viera en peligro su bloqueo haría algo bien grave como para evitar su levantamiento, tumbar aviones y hundir barcos indefensos, intentar la guerra bacteriológica o cualquier otro de sus desatinos, pero mi tesis es que, si no le van a mandar a la 82 División Aerotransportada, la respuesta de Estados Unidos debe ser quitarle lo que él más necesita,  el Bloqueo, haya hecho lo que haya hecho.